El encuentro se inició con juegos que relajaron el ambiente. Para que luego los nuevos alumnos y alumnas buscaran cada cual una jeringa con su nombre y un número, que estaban escondidas en el patio de la carrera. En seguida, cada alumno de primero debía encontrar al alumno de segundo año que tenía el mismo número, lo que significaba que descubría quién sería su madrina o padrino, osea el estudiantes que le acompañará y ayudará en sus inquietudes y desafíos durante este primer año de estudios.

Los estudiantes de segundo le entregaron a los nuevos alumnos un globo con un papel en que los estudiantes de primero escribieron sus sueños para esta etapa que inician. Los que lanzaron al aire.