Gonzalo Muñoz Stuardo: “Calidad en la educación es hablar de buenos procesos, no sólo de buenos productos”

El sociólogo de la Universidad Católica de Chile y director de Estudios del Centro de Innovación en Educación de Fundación Chile, entregó las claves para un nuevo modelo.

La experiencia laboral de Gonzalo es extensa. Se desempeña también como profesor de las facultades de Educación y Psicología de la Universidad del Desarrollo y actualmente es miembro del Consejo Asesor de la Agencia de Calidad de la Educación en Chile que comenzó a operar a fines del 2012, donde participa en el directorio de esta nueva institución que evaluará y formará en calidad de la educación en el sector parvulario y escolar en nuestro país.

Como director de estudios del Centro de Innovación en Educación de la Fundación Chile le toca liderar investigaciones sobre temas educacionales fundamentalmente en el área escolar. Es parte del equipo de la fundación desde el 2008 y anteriormente trabajó en el Ministerio de Educación por cuatro años como Jefe de Estudios de la División de Educación General, aportando en el diseño de políticas. Pero confiesa que toda su carrera ligada a la educación comenzó en su primer trabajo en la agencia de Asesorías para el Desarrollo donde hizo estudios en temas de políticas sociales.

Gonzalo explica que la misión del Centro de Innovación es contribuir a mejorar la calidad y la equidad de la Educación en Chile, entendiendo que no hay un problema solamente de calidad del sistema, sino que también de cómo se distribuye esa calidad socialmente. Pero el sello que los identifica es su manera particular de contribuir a partir de innovaciones en el sistema. “Lo que nosotros aspiramos es que por medio de la innovación es posible implementar mejoramientos en el sistema educativo, demostrar que eso es posible y eventualmente escalarlo a las políticas.”

El centro trabaja en tres grandes líneas: Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), gestión escolar y asistencia técnica educativa que apoya a escuela en contexto vulnerable para que mejoren sus resultados. Sin embargo el área más transversal es la de estudios liderada por Muñoz. En cada una de esas líneas existen programa o iniciativas, algunos de corto alcance, un año o un poco más y otros que son de largo alcance, ya que como el mismo explica “Nosotros estamos seguro que para mejorar la educación necesitas proyectos de más largo aliento y no sólo para probarlos, sino porque los cambios en educación necesitan tiempo y esfuerzo”.

Las iniciativas son diversas, desde programas con escuelas en un sector determinado o alianzas con algunas universidades como la UDD para realizar seminarios, pasantías, etc. Todo esto es parte de la misión del centro que pretende instalar en el debate público temas que para ellos son relevantes para mejorar la calidad en la educación.

¿Cómo definirías la calidad en la educación?
Yo creo que una de las cosas complejas de la discusión en educación en Chile y en el mundo, es que en general uno habla mucho de calidad pero la define poco.
Se debate entre dos alternativas grandes de definición. Una es que la calidad tiene relación con hacerse cargo de entregar las herramientas que permitan que el curriculum se implemente y por lo tanto todos los niños aprendan lo que se supone que tienen que aprender según el programa y esto aplica para las universidades también.
La otra definición es más compleja y abierta y en el fondo define la educación de calidad como aquella que entrega oportunidades de desarrollo a los niños y jóvenes de manera igualitaria y en un sentido más amplio incluso de lo que pueda definir el propio curriculum.
Nosotros creemos que la visión de calidad tiene que ser mucho más amplia que el SIMCE. Calidad en la educación también es hablar de buenos procesos, no sólo de buenos productos u outputs.

A tu juicio ¿Cuáles son los factores que inciden en una buena educación?
Hay mucha bibliografía sobre los factores que más contribuyen, pero lo que uno tiene que tener claro es que la escuela o la universidad tienen un aporte limitado en materia de aprendizaje de un niño o un joven, ya que este se adquiere por tu background o tu capital cultural inicial. Hay algunos que mantiene que la escuela o universidad puede aportar sólo en un porcentaje del aprendizaje. Dentro de ese porcentaje hay factores que tienen que ver en primer lugar con la gestión de instituciones como la gestión directiva. En segundo lugar, todo lo que tiene que ver con las condiciones más subjetivas de la institución y el clima en la cual se desarrolla el proceso educacional. Por eso es tan importante la psicología educacional y en tercer lugar, la relación con el entorno es muy importante.
Pero el factor más importante o crítico es la labor docente. Toda la evidencia indica que el lo que ocurre dentro de una sala es esencial y eso se logra a través de gente súper capacitada para enseñar. Esto no es exclusivamente para el ámbito escolar también se aplica para la educación superior.

A partir de esto ¿Qué perfil debería tener el docente para una mejora en la calidad de la educación?
Depende mucho del contexto, pero en general, más que un perfil, deberían tener ciertas características. Y para eso una discusión interesante es ver cómo y cuánto se forma al docente. Yo soy un convencido que es importante la vocación pero a un profesor tú lo puedes formar. También es importante atraer a buenos estudiantes en las pedagogías, lo primordial es que se necesita a gente que tenga la capacidad de transmitir conocimiento, generar curiosidad, establecer un diálogo fructífero con los estudiantes y estructurar buenas clases. En Chile tenemos dos problemas: profesores que no conocen bien la materia que enseñan y otros que con errores en cómo lo enseñan. La solucionar para esto es que el país requiere una formación que esté en otro nivel. Una mezcla en formar buenos estudiantes y también tener a alumnos tengan competencias favorables para la labor docente.

¿Cuál es el rol que juega el estado en el aseguramiento de la calidad en la educación?
Uno de los problemas que hemos tenido en Chile es que la discusión sobre la calidad ha estado demasiado centrada en aquello que el mercado. La evidencia mundial muestra que si tú quieres iniciar procesos de aseguramiento de la calidad en la educación el Estado tiene un rol fuerte. Desde el inicio, cuando una institución ingresa al sistema, ya sea una universidad, una carrera o una escuela, pero también cumple un rol durante el proceso, ya sea acreditando en el caso de la educación superior y evaluando en la educación escolar. Y eventualmente debería tener herramientas y protocolos para que las instituciones salgan del sistema cuando lo hagan mal.
En Chile hubo una convicción relacionada con un momento de la historia de la educación y política chilena donde se presentaba un modelo en que se entregaban las garantías y responsabilidad al mercado. Sin embargo, está a la vista que ese modelo fracasó, porque las propias instituciones no podían autorregularse.

¿Cuál sería el aporte de la Agencia de Calidad?
En el caso de la educación escolar el Estado ya está tomando un protagonismo distinto con la creación de la Agencia de Calidad. Todavía no estamos a nivel de otros países que han apostado por modelos de Estado mucho más fuerte en educación, pero si existe un avance en esa dirección. Pero la pregunta ahora relevante y apropósito de lo que está en la agenda es ¿Qué pasa con educación superior en ese sentido? Efectivamente la experiencia en educación escolar debiera guiar hacía esa línea: crear una agencia efectiva que garantice de calidad en caso de la educación superior. Se necesita de una superintendencia o una regulación que esté a tono con el problema.

En el ámbito de educación superior ¿Cuáles según tu criterio serían los indicadores que pudieran demostrar que una institución entrega una educación de calidad?
En el caso de la educación superior por suerte tenemos el peso de la historia de las universidades en el mundo que muestran que una buena universidad es la que cumple sus tres tipos de misión que son formar muy bien; investigar y producir conocimiento y extenderse, es decir, llevar su accionar al beneficio de la sociedad.
En el plano de la formación de buenos profesionales un indicador súper potente es que pueden insertarse bien en su labor y que también destaquen en el ambiente donde se desarrollan. En términos de la producción, en este país tenemos universidades muy buenas y otras no tanto. Es importante que una institución esté al día, porque permite que formación docente esté súper alineada con la investigación. Generalmente las buenas universidades en el mundo que uno tanto mira en Estados Unidos, Inglaterra, entre otras, la gran ventaja que tienen es que los mejores profesores que están formando a las nuevas generaciones son los mismos que están haciendo la última investigación sobre un descubrimiento importante. Esa conexión es crítica. Y el tercer indicador es una buena extensión. Las instituciones deben contribuir al desarrollo y a la solución de ciertos problemas sociales, ya sea a través del acceso a la cultura, a través de mecanismos de extensión que permitan por ejemplo llevar a estudiantes de una carrera de Medicina y aportar con sus conocimientos a poblaciones más desfavorecidas en temas de salud, yo creo que eso es un deber de una institución, aunque sea privada siempre debe tener un fin público.

¿A qué te refieres con tener un fin público?
No hay que olvidarse que en esencia las universidades, si bien pueden tener una administración privada, producen un bien público que es la educación. La formación no es no beneficia únicamente al estudiante que está pagando por educación, sino que también trae un beneficio para la sociedad.
Tener buenos profesionales tiene que traducirse en acciones concretas como formar gente sensible socialmente. También haciendo vinculándose directamente con sectores más necesitados. Ese es un desafío importante en el mundo de las universidades, sobre todo las que enseñan a una población más bien aventajada socialmente hablando. La conexión de sus estudiantes con la realidad es crítica, pero también porque es un deber de las universidades hacerlo.

¿Cuáles son los desafíos que detectas en el tema de calidad en la educación acá en Chile?
Primero es importante reconocer que en Chile hoy en día no parte con una hoja en blanco. En educación superior es muy difícil medir calidad, pero en educación escolar como tenemos un curriculum que es la columna vertebral de la enseñanza si tenemos maneras de medir, tenemos las pruebas nacionales e internacionales y sabemos que se están haciendo mejoras.
Personalmente creo que esto obliga a tener dos tipos de políticas o desafíos. Una por el lado mayor institucionalidad o desafíos estructurales. En el fondo no vamos a mejorar la calidad en la educación superior con una comisión de acreditación si no es seria y no está bien constituida. Pero también los problemas de calidad no se resuelven solamente con estos arreglos institucionales y tampoco inyectando más plata. La discusión no se puede centrar solamente en el tema del lucro.
Pero eso tiene que ir necesariamente acompañando del segundo gran desafío que es el de las capacidades. Desarrollar las capacidades de los profesionales o formar buenos docentes y directores de escuela es esencial para no quedarse cojo en este nuevo modelo.
Creo que el desafío central de Chile es combinar estas dos agendas en una mucho más compleja. Por eso es tan difícil resolver todo en un gobierno o en cinco años, porque para superar estos desafíos necesitas 20 años. Sin embargo, lo importante es que al menos haya una ruta.
Chile tiene los dos problemas: institucional con una educación pública en el suelo y profesores aunque muchos de ellos buenos, también muchos de ellos muy malos y mal formados y eso es un problema de capacidad y por mucho que le metas incentivo, recursos, no va a mejorar.

Ver en PDF Entrevista Gonzalo Muñoz

Compartir