Enfrentarse a un gran número de pacientes con una nueva enfermedad, el rápido aumento de la carga asistencial, las altas tasas de mortalidad del COVID-19 y el uso por periodos prolongados de elementos de protección personal pueden generar estrés, ansiedad y burnout en los profesionales atendiendo a estos pacientes.
Además, cada centro hospitalario tenía cierta libertad para decidir cómo aumentaba la capacidad hospitalaria. Esto implica que la cultura organizacional y liderazgo presente en cada institución va a determinar cómo se manejó ese proceso y hasta qué punto el equipo multidisciplinario fue partícipe de las decisiones
Explorar las experiencias de los profesionales de la salud que trabajaron durante la pandemia en cuidados intensivos permitirá dilucidar qué funcionó bien y qué aspectos del proceso son mejorables en el caso que hubiera otra ola o epidemia en el futuro.
Contexto
Equipos multidisciplinarios con liderazgo distribuido y designado junto a cultura abierta tienden a adaptarse mejor a cambios rápidos en la entrega de cuidados de salud. En un contexto de pandemia, las características de la cultura organizacional y el tipo de liderazgo presente van a influenciar como la respuesta al aumento de capacidad es percibido por diferentes grupos profesionales que trabajan en las unidades de cuidados intensivos.
Además de la adaptación al cambio como desafío inherente, se agregan los desafíos clínicos, emocionales y físicos. En el ámbito clínico estos se asocian a enfrentarse a una patología de la cual se conoce poco. En el ámbito emocional, los desafíos se relacionan al riesgo de exponerse a una patología potencialmente fatal junto con presenciar la muerte de un gran número de pacientes muy por encima de lo habitual. En el caso de los desafíos físicos, estos se relacionan a extensas jornadas de trabajo y, en muchos casos, turnos extras para cubrir el aumento de demanda y los colegas que se han enfermado.
Explorar cómo los profesionales de la salud han experimentado estos desafíos ayudará a dilucidar qué modelos de trabajo han funcionado mejor, qué aspectos de la respuesta frente a la pandemia son mejorables y cuáles se deberían fortalecer en futuras epidemias.
Explorar los desafíos emocionales, intelectuales, físicos y administrativos enfrentados por los profesionales de la salud que trabajan en la UCI durante la pandemia de COVID-19.
Estudio cualitativo
Profesionales de salud que trabajaron en una unidad de cuidados intensivos durante la pandemia COVID-19
Se incluirán a médicos, enfermeros, kinesiólogos y técnicos paramédicos que se desempeñen de manera habitual en UCI y que hayan trabajado durante la pandemia del COVID-19. También se invitará personal que haya realizado labores de refuerzo durante la pandemia por al menos 72 horas.
Se pondrán posters en cada unidad para reclutar a más profesionales de la salud que no hayan asistido a la sesión de presentación del estudio. Previo a la recolección de datos el profesional de salud debe consentir voluntariamente su participación en el estudio mediante respuesta en formulario Google
La recolección de datos será mediante grupo focales realizados mediante videoconferencia en horarios que coincidan con el fin de los turnos de noche y día. También daremos la opción de hacer un grupo focal a la hora de almuerzo para captar participantes que no les acomode las otras sesiones. Los grupos focales serán guiados por un psicólogo clínico con experiencia en este tipo de recolección de datos. El grupo focal será grabado para su posterior transcripción palabra por palabra, y otra persona del grupo de investigación tomará notas de campo para complementar los datos verbales.
Se espera reclutar dos a tres profesionales de cada grupo por centro participante tomando en cuenta los años de experiencia en UCI para tener una muestra balanceada. Se espera un mínimo de ocho grupos focales con 9 a 12 participantes cada uno.
