Resumen:
En este artículo se postula que responder a las necesidades espirituales de los enfermos constituye una responsabilidad profesional ineludible de todos los profesionales sanitarios. La enfermedad grave constituye para el enfermo una situación que, más allá de lo meramente orgánico, constituye una crisis espiritual. La espiritualidad se entiende como el conjunto de aspiraciones, convicciones, valores y creencias que permiten a cada persona orientar sus proyectos de vida.
La definición de las necesidades espirituales del enfermo debe ser precisada por el propio enfermo, respetando así su autonomía. Los médicos y profesionales sanitarios deberían comprender globalmente la enfermedad, desde su etiología, fisiopatología y alteraciones moleculares, hasta su efecto en lo personal, social y espiritual de cada persona enferma. La responsabilidad de los profesionales sanitarios es asegurar que estas materias sean reconocidas, evaluadas y que se pongan las respuestas necesarias al alcance de los pacientes.
Así, reconocer el rol de la espiritualidad de los enfermos en la crisis existencial que viven por su enfermedad, contribuye a cumplir con la misión esencial de la medicina. Incorporar la asistencia emocional y espiritual como parte de la terapéutica es una exigencia ética en la medicina del paciente crítico y en el cuidado paliativo, mediante un enfoque multidisciplinario centrado en el cuidado hacia el paciente y su familia como una unidad.
Palabras clave: Espiritualidad, Ética, Responsabilidad (…).