La autoría de artículos publicados en revistas biomédicas constituye un mérito y un antecedente académico importante para los profesionales e investigadores. Una alta proporción de los artículos que se publican tienen múltiples autores porque son estudios multidiscipinarios, multicéntricos o por la participación específica de varios profesionales o estudiantes. Tanto el hecho de ser autor o co-autor, como su orden en la publicación tienen significación en la forma en la cual son después citados, correspondiendo el mérito académico principal al primer autor. Sin embargo, aún cuando todos reconocen que la autoría y el orden en que figuran los co-autores tienen importancia, con cierta frecuencia surgen dudas, y a veces conflictos, en cuanto a la forma correcta de definir las autorías. Por tal razón las instrucciones que las revistas dan a los autores de los artículos se refieren explícitamente a esta materia, adecuándose en general al criterio establecido por consenso de editores de las principales revistas, conocido como el grupo Vancouver (1).
Los criterios internacionales han establecido que se debe considerar “autor” a quien ha participado a través de: 1) una contribución intelectual sustantiva a la investigación en su diseño o en la obtención y análisis de los resultados, 2) en la elaboración o revisión crítica del manuscrito, y 3) en la aprobación de la versión final del mismo. Se entiende que la participación es en los tres puntos señalados. Cuando hay múltiples autores, cada uno de ellos debe haber realizado una contribución de acuerdo al criterio mencionado. Algunas revistas, como la Revista Médica de Chile (2), exigen además que cada autor o co-autor explicite su contribución al artículo en un formulario debidamente firmado. También Nature, aunque no lo exige, sugiere como parte de buenas prácticas que sus autores recurran a un documento de esta naturaleza (3).
De cualquier manera, se entiende que cada autor acepta y asume públicamente su responsabilidad por la totalidad del contenido del artículo, actuando así como garante de su seriedad, respetando de esta manera al lector que confía en la revista, en sus editores y en sus autores.
A pesar de que se han establecido criterios y directrices precisas, se han descrito no sólo dudas de algunos editores, autores o co-autores sino conductas éticamente incorrectas en torno a la definición de autorías. Estos vicios podrían explicarse por la competitividad tanto de la vida profesional y como de la carrera académica, pero no pueden ser moralmente justificados. Entre las conductas inaceptables que abordaremos se incluyen la dilución de responsabilidad o injusta distribución del crédito de la autoría, autoría por invitación o de cortesía, autorías “por presión” y autores “fantasmas” o excluidos del listado, dejando de lado la duplicación de publicaciones o los fraudes (4).
El orden de los autores tiene especial relevancia y es frecuente motivo de conflicto o de malentendidos. Se asume, al menos teóricamente, que el primer autor o autor principal, es quien ha tenido un papel clave, ha conducido al grupo investigador y ha realizado la mayor parte del trabajo, incluida la redacción y revisión del manuscrito. El segundo autor también ha realizado un aporte sustancial mientras que el último de ellos es frecuentemente alguien de mayor jerarquía o experiencia, que ha actuado como tutor de la investigación, que da garantía de su seriedad y que respalda a los investigadores más jóvenes. Los restantes co-autores, o autores “del medio” son muchas veces considerados, equívocamente, como si hubiesen aportado menos. Resulta por lo tanto más complejo jerarquizar entre ellos el grado de su participación. Como estos criterios no son estrictos, las recomendaciones actuales son que el orden de los autores sea establecido mediante un acuerdo entre ellos, en base al aporte real de cada uno y sin considerar sus títulos profesionales ni sus jerarquías. Sin embargo, ocasionalmente, la primera autoría ha sido asumida abusivamente, como “autoría por presión” por la exigencia de jefes o directores de algunos grupos o instituciones, lo cual es claramente inaceptable. Otra figura específica de autoría irregular es aquella por invitación o gentileza, que se refiere a co-autores que no han contribuido directamente con el artículo y a quienes se incluye como un favor por amistad, gratitud, reciprocidad o compromisos preestablecidos dentro de un grupo de trabajo. Esta inclusión como autores de personas que no cumplen con
los requisitos correspondientes constituye una deshonestidad que, lamentablemente, es costumbre en algunos grupos. Una situación menos frecuente y casi inversa a la anterior es la llamada “autoría fantasma” que se refiere a autores que son excluidos de la publicación, generalmente por diversos tipos de conflictos de interés (5).
Las irregularidades señaladas en las autorías de artículos persisten a pesar de las instrucciones y criterios establecidos por los editores de las revistas científicas. Algunas de ellas son manifiestas faltas a la honestidad y otras pueden ser errores de interpretación o indefinición en cuanto a la contribución real de cada miembro de un grupo. Una solución para algunas dudas son las menciones de agradecimiento que algunos artículos colocan al final del texto, para reconocer ayudas, tutorías o revisiones que no constituyen expresamente una autoría. Sin embargo, al igual que para todas las fases de una investigación, la responsabilidad y honestidad personal de cada autor y co-autor es una exigencia ineludible. Por eso, la autoría de las publicaciones en revistas debe ser considerada un tema ético, más allá del simple cumplimiento de requisitos o reglamentos editoriales. Por su parte los editores y revisores de revistas científicas pueden contribuir sustantivamente al fomentar una auténtica “ética de la autoría”.
Referencias
1. International Committee of Medical Journal Editors. Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals: Writing and Editing for Biomedical Publication, updated October 2007. Disponible en http://www.icmje.org
2. Revista Médica de Chile, Instrucciones a los autores. Disponible en http://www.scielo.cl/revistas/rmc/einstruc.htm
3. Editorial. Who is accountable? Nature 2007;450(7166):1.
4. Bennet DM, Taylor DM. Unethical practices in authorship of scientific papers. Emergency Medicine 2003; 15: 263-270
5. Flanagin A, Carey L, Fontanarosa P et al. Prevalence of articles with honorary authors and ghost authors in peer-reviewed medical journals. JAMA 1998; 280:222-224.