Por: Dr. Juan Pablo Beca I.
El Mercurio
Jueves 13 de Marzo del 2008
Señor Director:
Los doctores Sofía Salas y Sergio Valenzuela han formulado importantes planteamientos acerca de las dudas éticas que surgen por la exposición «Bodies the exhibition». Se ha generado así un interesante debate en torno a los deberes de respeto al cuerpo humano. Sin embargo, es importante distinguir entre «cuerpo», que se refiere a sistemas orgánicos vivos, y «cadáver», que es el cuerpo muerto. Ambos merecen respeto, pero no de la misma manera. Y ambos son frecuentemente objeto de las más variadas formas de graves faltas de respeto tanto en el ámbito privado como en el público. La exposición en discusión no es de cuerpos, sino de cadáveres no identificables, disecados y presentados estéticamente con fines de educación del público general. Por otra parte, el tema lleva a reconocer el derecho de cada persona para disponer de su vida y de su propio cuerpo, lo cual incluye su voluntad para el destino de su cadáver o su donación para su uso en ciencia y educación. En ausencia de estas directrices, las decisiones corresponden a los familiares directos.
Si para esta exposición los cadáveres fueron obtenidos por donaciones voluntarias, aunque muchos lo ponen en duda, el deber de respeto a dichos cadáveres se refiere a la forma en que son exhibidos. Pero también hay, para todos los que concurran a ver la exhibición, una obligación de respetar esos cadáveres que antes fueron el cuerpo de alguien.