Carta sábado 2 de mayo de 2009
Señor Director:
Estamos enfrentando el riesgo de que se desencadene una pandemia de gripe por un virus nuevo, cuya contagiosidad entre humanos, gravedad y respuesta a tratamientos, aún no se conoce. Una pandemia es una situación de crisis que los países deben enfrentar, sin pérdidas de tiempo, de manera técnica y éticamente correcta. Hasta ahora las medidas preventivas no incluyen vacunas, sino medidas generales y conductas sociales que exigen la colaboración responsable de todos.
A la autoridad le corresponde decidir y aplicar, oportunamente, medidas sanitarias que pueden llegar a ser impopulares cuando introducen cambios en la vida de las personas. Ante riesgos epidemiológicos graves puede ser necesario tomar medidas como limitar reuniones públicas, modificar y controlar sistemas de transporte, suspender clases, limitar reuniones de todo tipo, establecer cuarentenas obligatorias de quienes pueden contagiar a otros, racionalizar el acceso a medicamentos escasos, priorizar a quiénes administrar las primeras vacunas que se produzcan, etcétera. Por su parte, a todas las personas les corresponde no sólo aceptar estas medidas, sino colaborar responsablemente con ellas, por razones de bien común. Desde el punto de vista ético, se trata de actuar en base a la justicia y a la solidaridad por sobre el individualismo.
Lo que estamos viendo en nuestra realidad es una autoridad de salud actuando con máxima responsabilidad y, simultáneamente, a una gran cantidad de personas apuradas en vacunarse «por si sirve», y comprando medicamentos antivirales hasta agotar su disponibilidad «por si los llego a necesitar». En otras palabras, como sociedad estamos actuando sobre la base de intereses y temores individuales, por sobre las necesidades de la comunidad. Falta tomar conciencia de que una epidemia grave, como otras crisis masivas, hace necesario postergar intereses personales frente a la gravedad del riesgo de los demás. Nuestras autoridades y los medios deberían emprender un papel educativo en este sentido.
DR. JUAN PABLO BECA INFANTE
Centro de Bioética
Facultad de Medicina
Clínica Alemana-Universidad del Desarrollo