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Caso Tuskegee se prolonga y genera debate entre expertos

Médicos de EE.UU. inocularon sífilis y gonorrea a prisioneros, soldados y enfermos mentales de Guatemala.

Caso Tuskegee 1972 Investigación Sífilis  

Publicación en El Diario El País:

Médicos de EE.UU. inocularon sífilis y gonorrea a prisioneros y enfermos mentales de Guatemala

El experimento, aprobado por el Gobierno local, se llevó a cabo en los cuarenta para probar la eficacia de la penicilina

YOLANDA MONGE – Washington – 01/10/2010

La inminente publicación de un estudio sobre cómo cientos de presos, soldados y pacientes de hospitales psiquiátricos fueron utilizados como cobayas humanas ha provocado que el Gobierno de Estados Unidos pida perdón a Guatemala, país en el que se realizó el experimento entre 1946 y 1948. Médicos del servicio de salud pública estadounidense infectaron con sífilis y gonorrea -sin su conocimiento o consentimiento- a 696 guatemaltecos para estudiar los efectos de esas enfermedades venéreas y cómo la penicilina podía combatirlas, según el estudio de Susan Reverby, profesora de la Universidad de Wellesley.

Hoy, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, ofrecieron una disculpa pública por las acciones de EEUU. «El estudio conducido en Guatemala entre 1946-1948 de inocular enfermedades de transmisión sexual claramente carecía de ética», aseguraron Clinton y Sebelius en un comunicado conjunto. «A pesar de que estos actos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados por el simple hecho de que semejante proyecto fuera auspiciado por el sistema público de salud de EEUU». Tanto la secretaria de Estado como la de Salud concluyeron: «Lamentamos profundamente que esto sucediera y pedimos perdón a todas las personas que fueron afectadas por tan horrendas prácticas».

El objetivo del estudio de los años cuarenta en Guatemala -que nunca llegó a publicarse- era buscar nuevas fórmulas para prevenir las enfermedades de transmisión sexual -gonorrea, sífilis, cancroide o chancro blanco- y se produjo en los albores del uso de la penicilina y la necesidad del Gobierno de EEUU de saber si éste antibiótico era efectivo y además de curar podía prevenir la sífilis. En los experimentos de Guatemala, se utilizó a prostitutas con gonorrea o sífilis para contagiar a presos de cárceles o pacientes de manicomios. Pero cuando se comprobó que eran muy pocos los hombres que se habían contagiado, se pasó a la inoculación directa, inyectando la bacteria de la sífilis en el pene, el brazo o la cara de los ‘conejillos de Indias’.

Los trabajadores de las instituciones médicas o penitenciarias tenían conocimiento del experimento pero a los sujetos del estudio nunca se les informó del propósito del mismo ni tampoco dieron su consentimiento. Según el estudio de la profesora Reverby, a una vasta mayoría de los inoculados se les dio penicilina tras contraer la enfermedad aunque no se sabe si alguien llegó a curarse o recibió un tratamiento adecuado. Al menos un paciente falleció durante las pruebas aunque no está claro si la muerte se debió a la enfermedad o a otros problemas médicos.

Uno de los médicos de EEUU que formó parte del experimento humano en Guatemala fue el doctor John Cutler, funcionario del Servicio de Salud Pública de EEUU e investigador clínico en el proyecto de triste fama conocido como ‘Tuskegee’, en el cual a cientos de ciudadanos negros de Alabama que ya estaban contagiados de sífilis se les negó intencionadamente tratamiento para que los médicos pudieran ver el desarrollo de la enfermedad y sacar conclusiones. El presidente de Guatemala: «Son crímenes de lesa humanidad»

El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, calificó hoy de «espeluznantes» y de «crímenes de lesa humanidad» los experimentos hechos por Estados Unidos entre 1946 y 1948, que infectaron intencionalmente a guatemaltecos con sífilis y gonorrea, y por los cuales Washington pidió perdón este viernes.

El gobernante aseguró que se realizará una «profunda investigación» de los hechos que afectaron a más de 1.500 guatemaltecos, adelantó que se analiza presentar una denuncia para exigir un resarcimiento al país, y reconoció la «hidalguía» de la Casa Blanca al pedir perdón. Según Colom, las víctimas de esas «prácticas antiéticas» y «deleznables» fueron en su mayoría soldados, presos, prostitutas y enfermos mentales.

El mandatario ordenó a sus ministros de Salud, Defensa y Gobernación, «ubicar» y «resguardar» los archivos de los años en que ocurrieron los hechos, los cuales servirán de base para «realizar una investigación» junto con el gobierno estadounidense. Además dijo estar consciente de que esos experimentos «no forman parte de una política del actual gobierno» de los Estados Unidos, y que junto a funcionarios de alto nivel de la Casa Blanca «convenimos hacer una investigación conjunta».

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