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Análisis de una experiencia de consultoría ético clínica en cuidado intensivo

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Los problemas ético-clínicos son cotidianos y la experiencia muestra que los casos que se presentan a los comités de ética son los más extremos o conflictivos y su número es escaso, con un promedio de 3 anuales en Estados Unidos de Norteamérica1. En Chile no se ha cuantificado, pero en diferentes instituciones su número varía entre 3 y 20 casos anuales. Entre las razones para el bajo número de casos que se presenta a los comités cabe mencionar: demora entre la solicitud y la posibilidad de reunión del comité, tiempo necesario para preparar y presentar el caso, temor de algunos médicos clínicos a sentirse evaluados o juzgados, desconocimiento de las ventajas de recibir recomendaciones para sus decisiones, y las diferentes visiones o experiencias previas2. Esto explica que se formulen frecuentes preguntas informales o “consultas de pasillo” a algún miembro del comité, con lo cual se omite un análisis sistemático y el registro en actas y en la ficha clínica.

Como respuesta a esta situación, en algunos países, se han establecido sistemas de consultoría ética individual3. Su objetivo es identificar y analizar los problemas éticos de casos particulares, facilitar la resolución de conflictos, disminuir el estrés moral de profesionales o familiares, y educar a través de las recomendaciones que se proponen4.

La principal ventaja es la eficiencia y rapidez, permitiendo incluso organizar sistemas de turno cuando hay varios consultores en una institución. Hay limitaciones evidentes, una de las cuales es depender mucho de las cualidades personales del consultor. Por eso se ha propuesto que los consultores, además de conocimientos de Bioética y de atributos de compasión y tolerancia, deben tener capacidad para comunicarse bien, analizar y documentar los casos, generar consensos y educar a los implicados5.

Otra limitación, frecuentemente referida, es la falta de deliberación multidisciplinaria que caracteriza a los comités de ética asistencial6-8. Pero, al igual que los comités, los sistemas de consultoría ético-clínica han sido escasamente evaluados por la complejidad de su labor y por la dificultad de aplicar o adecuar métodos de evaluación1,9-11.

Recientemente se implementó en una clínica privada chilena un sistema de consultoría ético-clínica para la unidad de pacientes críticos, mediante una forma de trabajo coordinado con el comité de ética asistencial. En nuestro medio no se han comunicado otros sistemas de consultoría ética. Con el propósito de darlo a conocer se presenta un análisis de esta experiencia, describiendo su sistema de trabajo, casos representativos, los problemas éticos más frecuentes, y la evaluación que de ella hicieron los médicos intensivistas (…).