Entre el 18 y 20 de noviembre, un grupo de 33 estudiantes de tercer año de la carrera de Nutrición y Dietética de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo (UDD) vivió una experiencia que difícilmente olvidará. Cruzaron las puertas de Clínica Familia, espacio dedicado a mejorar la calidad de vida de personas con enfermedades avanzadas y alto nivel de vulnerabilidad, para encontrarse con una realidad que no suele aparecer en los libros: la del cuidado paliativo entendido desde lo humano, lo cotidiano y lo profundamente trascendente.
La actividad, guiada por las docentes Andrea Valenzuela, Alice Glaves y Valentina Fabia, junto a la coordinadora de Internado de la Unidad Clínica del Adulto y Adulto Mayor, Camila Vergara, tuvo un propósito claro: permitir que los estudiantes descubrieran el rol de la nutrición más allá de la técnica. Allí, frente a 22 usuarios en etapa avanzada, comprendieron que acompañar también es un acto clínico; que nutrir puede significar aliviar, sostener una mano, escuchar un miedo o simplemente estar presentes cuando las palabras ya no alcanzan.
Fue precisamente Camila Vergara quien, al finalizar la jornada, resumió el espíritu de la experiencia: “Ver a un alumno transformar su mirada hacia el paciente paliativo es uno de los mayores logros que puede tener un docente clínico”. Y algo de eso ocurrió en cada pregunta, en cada gesto y en la forma en que los estudiantes fueron cambiando su manera de entender el cuidado. “Este tipo de experiencias les muestra que la nutrición en esta etapa va mucho más allá de la técnica. Me voy feliz, cargada de energía y con la certeza de que estamos formando profesionales que van a hacer la diferencia”, agregó.
Así, entre pasillos silenciosos y miradas que hablan más que cualquier teoría, los futuros nutricionistas confirmaron que la empatía, la comunicación y la dignidad del paciente son también parte esencial de su formación, lección que, sin duda, los acompañará durante toda su vida profesional.
