Una importante alianza establecida entre la Universidad del Desarrollo (UDD), CMPC y el Banco de Chile, permitió la producción en Chile de una forma de medir anticuerpos contra el nuevo coronavirus (SARS-Cov-2).
Esta innovación se está realizando en los laboratorios del Instituto de Ciencias e Innovación en Medicina (ICIM) de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo, con aportes de CMPC y Banco de Chile.
Gracias a esta alianza “pudimos comenzar a poner a punto las técnicas para producir y purificar proteínas virales a baja escala. Ya hemos logrado purificar algunas de ellas y, con nuestras proteínas, estamos realizando las primeras pruebas de un test denominado ELISA, que permite medir los niveles de anticuerpos que los pacientes han generado contra el virus”, cuenta Cecilia Vial, investigadora que ha trabajado en la implementación de este método.
Contar con disponibilidad local de pruebas de detección de anticuerpos de Covid-19 es de suma importancia, pues los quiebres de stock en los insumos a nivel mundial no permiten asegurar la posibilidad de realizar estas mediciones en nuestro país.
Este método permite estimar la cantidad de gente que ha sido expuesta el nuevo coronavirus, herramienta fundamental para la vigilancia epidemiológica de la pandemia. Además, dado que este tipo de medición entrega información respecto de los niveles de anticuerpos en la sangre, permitirá una aproximación mucho más confiable al número de personas potencialmente inmunes a una nueva infección, lo que podría servir como insumo para las estrategias de las empresas en el regreso a sus funciones habituales y mejorar las medidas de resguardo.
De este modo, el objetivo de esta alianza es aumentar el conocimiento de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, además de aportar desde distintas aristas en el manejo de la pandemia en nuestro país. Por esta razón, un completo equipo de científicos se encuentra trabajando en áreas de investigación que van desde la salud pública y la epidemiología (estudios de prevalencia y protocolos de prevención), hasta la virología e inmunología (desarrollo de nuevas técnicas de laboratorio).
“En CMPC, desde que se inició la emergencia de Covid-19, hemos buscado ayudar e innovar. Este proyecto conjunto con la UDD y el Banco de Chile es un ejemplo de ello. Hasta el momento, los resultados son alentadores y confiamos en que lograr una medición de anticuerpos a mayor escala será un gran aporte para el combate de esta enfermedad”, dice Felipe Alcalde, gerente de Innovación de CMPC.
En tanto, para Eduardo Ebensperger, gerente general de Banco de Chile “este aporte agrega un elemento fundamental a la sostenibilidad de todas las otras medidas que estamos impulsando para el bien de Chile. Nuestro compromiso con el país forma parte del propósito de nuestro banco. Somos un equipo que está al servicio del país, nos importa el futuro de todos los chilenos y nos sentimos orgullosos de formar parte de esta iniciativa. Nos gusta decir que queremos a Chile. El Banco de Chile está empeñado en trabajar colaborativamente y formar parte de las soluciones a esta pandemia, a través del apoyo económico a sus clientes, constante atención a las necesidades de sus colaboradores, y a la comunidad en general”.
Por su parte, Daniel Contesse, vicerrector de Innovación y Desarrollo de la UDD, señala que, ante el escenario actual, una alianza de colaboración rápida y efectiva entre universidad y empresa facilitará, a través del desarrollo y aplicación de la ciencia y el conocimiento, la creación de soluciones innovadoras y pertinentes con los desafíos actuales y futuros.
Agrega, además, que “la innovación basada en ciencia, como motor de cambio y transformación, es vital para que las empresas se adecúen a los nuevos requerimientos del entorno. En las universidades existe la experiencia y el conocimiento para ayudarlas en ese trayecto, pero se requiere establecer puentes de comunicación y colaboración bidireccionales que faciliten el intercambio y la creación de valor mutuo. Las universidades pueden y deben poner al servicio de la sociedad y el sector productivo sus capacidades científicas y el conocimiento acumulado, para así generar impacto real y significativo en el tratamiento de las necesidades que la sociedad enfrenta actualmente”.
En este contexto, “se debe partir entonces por establecer lazos de confianza que permitan que el saber acumulado fluya de manera efectiva desde los centros de conocimiento hacia los problemas reales, y que el tratamiento de estos problemas reales vuelva a las universidades para crear nuevo conocimiento; el famoso y tan necesario círculo virtuoso de ciencia y solución de problemas”, finalizó.