En medio de la población La Faena, en Peñalolén, la sede comunitaria de la Fundación Casa Enjambre se llenó de movimiento y miradas curiosas el sábado 22 de noviembre. Hasta allí llegaron estudiantes de Odontología —desde primero a sexto año— acompañados por la Dra. María Ignacia Letelier como tutora, para dar vida a un voluntariado que buscaba sembrar confianza y bienestar en una comunidad que ha hecho de la colaboración su sello.

A lo largo de la jornada, 48 personas, entre niños que participan habitualmente en los talleres de la Fundación y sus familias, fueron atendidos por el equipo, con evaluaciones clínicas, diagnósticos oportunos y destartrajes, pero también con conversaciones cercanas donde cada paciente aprendió formas simples y prácticas de cuidar la salud oral en casa.

El voluntariado tuvo como objetivo contribuir a la salud bucal de niños, niñas y adultos mediante la detección temprana de patologías, la realización de tratamientos básicos y el fortalecimiento de hábitos de higiene oral. En cada cepillado, en cada sencilla explicación y en cada diálogo se reforzó la idea de que el autocuidado es una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida, especialmente en contextos donde el acceso a estas atenciones puede ser limitado.

Al finalizar la jornada, la sensación compartida fue una mezcla de gratitud y compromiso. Para los estudiantes significó un aprendizaje profundo sobre el impacto humano de su profesión; mientras que para la comunidad de Casa Enjambre fue una oportunidad concreta de acceso a salud y acompañamiento, de una manera cercana y transformadora.