¿Cuál es la posición en que debe estar un paciente en las primeras horas tras un ataque cerebro vascular para tener un mejor resultado? ¿Semi sentado o acostado plano?
Esa es la pregunta que quiere responder un grupo de médicos de la Facultad de Medicina CAS-UDD y de Clínica Alemana mediante el proyecto Headpost Main Study, el cual obtuvo un fondo concursable (grant) de 2 millones de dólares por parte del National Health Medical Research Counsil de Australia, para ser desarrollado en conjunto con The George Institute de Sidney.
El equipo, conformado por los doctores Verónica Olavarría, Alejandro Brunser, Paula Muñoz-Venturelli y Pablo Lavados, lleva cerca de 20 años trabajando sistemáticamente con diversos proyectos y programas de formación, llegando a contar con un registro de más de 1.500 pacientes en el área de la neurología.
En este contexto, un día surgió la inquietud relacionada con la mejoría de las personas afectadas por un ataque cerebro vascular luego de ser tratados. La situación actual es que cuando se reciben los pacientes en esta condición, son acomodados en una posición semi sentados, pues así respiran mejor y existirían menores riesgos de complicaciones.
Sin embargo, una vez que el enfermo es trasladado para realizarle un scanner, éste es recostado, situación que, de acuerdo a lo observado por los médicos, generaba un mejor resultado en su estado final, por ejemplo, en el nivel de hemiplejia o afasia que presenta un paciente con ataque cerebro vascular.
De este modo, se presentó la idea a The George Institute, quienes decidieron trabajar en ella en conjunto con este grupo de neurólogos y postular a fondos estatales de Australia para desarrollarla. ¿Resultado? Se adjudicaron el financiamiento que les permitirá aplicar este relevante ensayo clínico a nivel mundial.
Sobre el Headpost Main Study
El estudio sobre posición del paciente tras un infarto cerebro vascular tendrá una duración de tres años y se realizará con 14 mil pacientes de todo el mundo en centros que pertenecen a la red de The George Institute, principalmente de China, Japón, India y de Clínica Alemana en Chile.
La metodología es hacer una randomización por centro participante y por mes. Es decir, según explica el doctor Arnold Hoppe, miembro de este equipo y director del Instituto de Neurociencias y Salud Mental de nuestra Facultad, “se trata de una aleatorización que consiste en que a inicios de cada mes, por ejemplo, la Clínica Alemana recibirá una orden que dirá en qué posición deben ubicar a sus pacientes. Luego, al mes siguiente, será lo mismo; puede repetirse incluso la postura”.
De esta manera, una idea de un grupo de médicos que nació de la simple observación clínica puede cambiar la historia de la medicina. “Se vio, se pensó, se formuló la pregunta, se mantuvo en la cabeza por años y ahora, por fin, podemos llevarla adelante sistemáticamente para contestarla al más alto nivel”, enfatiza el doctor Arnold Hoppe.