La vida de este biólogo se mueve entre diversas aristas: la ciencia, la investigación, la familia e incluso bailar al ritmo de la salsa y “observar sus peces”, que tiene en un acuario hace 24 años.
El profesor Mauricio Retamal llegó a la Facultad de Medicina CAS-UDD hace siete años. Su vocación por la docencia la descubrió la primera vez que realizó una clase, la que define -entre risas- como un “fracaso”, ya que sentía que los estudiantes no entendían lo que quería expresar. Pero eso quedó en el pasado. Actualmente, hace clases de Fisiología a alumnos de segundo año de la carrera de Medicina y Plan Común y, como si fuera poco, posee 29 publicaciones en revistas ISI (institute for scientific information).
“Debo reconocer que me costó muchísimo realizar mis primeras clases, fue un gran desafío a nivel personal. Intentar explicar a los alumnos un tema complejo y que te hicieran millones de preguntas a la misma vez no era fácil. Poco a poco, tomé el ritmo y me fui encantando por la docencia. Me gusta entregarles mis conocimientos y que los pongan en práctica, ya que serán el futuro del área médica”, señala.
Mauricio Retamal (39) es Biólogo de la Universidad de Chile y realizó un doctorado en Fisiología en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su pasión por la investigación y la ciencia partió desde que estaba en el colegio. “Fue en ese instante cuando me di cuenta que me gustaba realizar mezclas. Recuerdo que en ese entonces veía junto a mi madre el programa ‘Cosmos’, que uno de sus objetivos era difundir la historia de la astronomía y de la ciencia, así como también sobre el origen de la vida”.
El trabajo del docente lo ha orientado principalmente al estudio de la conexina, proteína que se expresa en todas las células del cuerpo y que tiene que ver con diversas enfermedades y procesos biológicos importantes. En este contexto, ha estudiado las combinaciones de conexina con el cáncer, con la artritis, y con el sistema nervioso. Por ejemplo, se ha dedicado a investigar si atacando este canal, quienes sufren de dolor crónico podrían dejar de padecerlo. “Me gusta la investigación y ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas”, dice.
En su vida personal, el investigador es casado con Carmen Gloria León, también docente de Fisiología de la Facultad, con quien tiene dos hijos, Amanda (5) y Gabriel (3). Su tiempo lo aprovecha al máximo junto a ellos. Los fines de semana, por lo general, salen en familia a disfrutar con los amigos y también los usa para descansar. “Me encanta dormir, pero tengo poco tiempo para ello. Mis dos hijos pequeños me demandan harto tiempo y tengo que cumplir con ambos. No me importa el horario que sea, siempre estaré cuando me necesiten”, cuenta.
El profesor tiene un gusto especial y poco común, le fascinan los acuarios. Desde que tenía 15 años le llamaron mucho la atención, hasta que se compró uno. “Las personas piensan que los peces sólo se dedican a nadar y no es tan así. Yo veo como se reproducen y me voy dando cuenta que cada uno tiene distinta personalidad; algunos son más agresivos, otros pacíficos y así, es un mundo totalmente distinto”, comenta.
Antes de terminar la entrevista, aprovecha la instancia para confesar -entre sonrisas- su afinidad con el baile. “Los Cubanos”, “Puerto Rico”, son algunos de los grupos de salsa que más le gustan. “Me encantaba ir a salsotecas y aprender mirando, aunque debo reconocer que estuve en una academia y aprendí varios pasitos”, concluye.