Karime Salas es una de las docentes más queridas por sus alumnos. Disfruta su trabajo y es una convencida de que la clave para enseñar bien es “estudiarse” cada una de sus clases y lograr que los estudiantes relacionen hechos y encuentren soluciones. En su tiempo libre pinta, hace arreglos florales, jardinea cocina cosas dulces y cambia los muebles de posición.

Algunos se hacen y otros nacen docentes, y Karime Salas claramente calza en el segundo tramo. Acaba de ser elegida como la Mejor Docente de Plan Común de Ciencias de la Salud, reconocimiento que se entrega anualmente en base a encuestas realizadas a los propios alumnos (en este caso estudiantes de todas las carreras de la salud) y que obtiene por segunda vez, ya que también lo recibió en 2007; a lo que se suma el premio de Excelencia Académica en 2011.

Karime Salas egresó de Tecnología Médica de la Universidad de Chile, con especialidad en morfofisiología. Trabaja en la UDD desde que se creó la Facultad de Medicina CAS-UDD (2001), es “Profesora Fundadora” y se siente feliz de poder hacer lo que le gusta, ya que desde que pequeña que supo que quería dedicarse a la docencia y la investigación.

“Hace algunos años, opté por enfocarme sólo en la docencia y vaya que lo disfruto. Soy de esas personas que prepara detalladamente todas sus clases, las estudio, pues es la única manera que no se vayan detalles. Escucho y doy oportunidades a mis estudiantes, porque me interesa que al alumno aprenda… Las generaciones actuales, generalmente, tienen poca tolerancia a la frustración, todo es desechable y se puede volver a empezar de cero (como los video juegos), por lo que nuestra misión en enseñarles a encontrar soluciones, que razonen y que relacionen”, comenta la tecnóloga médico.

En su tiempo libre, Karime es una mezcla de muchas cosas: pinta, hace arreglos florales, jardinea cocina cosas dulces y cambia los muebles de posición, entre otras cosas. El deporte no es su amigo y tampoco le interesa que los sea, señala entre risas.

La tecnóloga médica está casada con Germán y tiene dos hijos: Andrés (ingeniero civil informático) y Pamela, quien egresó de medicina de la UDD. Viven todos juntos y son muy “aclanados” y activos en la vida familiar, aunque hace algunos años perdieron a un pilar fundamental, la tía Quetve (Kata), a quien aún se le extraña mucho. Fue ella quien la ayudó con sus hijos durante todo el período de crianza y se convirtió prácticamente en su segunda madre. “Ya han pasado cinco años, pero cada día se resiente más su ausencia”, finaliza con añoranza Karime Salas.