Entusiasta, amante de la naturaleza, los amigos y la familia, la historia de su primo, quién sufre de un desorden mitocondrial, fue uno de los factores que la impulsaron para ser fonoaudióloga.
M. Antonia, de 24 años, es estudiante del quinto año de la Carrera de Fonoaudiología de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo, actualmente se encuentra en práctica de internado, la cual realiza de lunes a viernes en la Clínica Alemana.
Visitar los campos, apreciar la naturaleza, subir cerros, y realizar actividad física durante el fin de semana, serían algunos de los hábitos que más práctica para distraerse un poco los estudios. “También me gusta salir al cine con mis amigas, comer, eso sí, comida sin gluten, pues soy celiaca, lo que me lleva a comer más sano… mi antojo preferido es el helado”.
Admite ser una persona muy regaloneada, siendo la única mujer entre 5 hermanos. “Mis hermanos me cuidan mucho, me consienten y apoyan en todas mis decisiones, se siente bien ser la única chica… (risas)”.
Respecto al ámbito académico, sostiene que entró muy insegura a la carrera y la razón que la hizo decidirse es su primo, quien tiene un desorden mitocondrial. Cuando su tía le habló de ello, reafirmó de inmediato su interés por el mundo de salud, para así poder ayudarlo a él y a muchos más.
“Con las prácticas tempranas, desde el primer año te hacen sentir un profesional de la salud. Este contacto con los pacientes te permite que en poco tiempo sepas si te gusta la carrera que escogiste o no e involucrarte humanamente con sus problemas, específicamente con los niños que acuden a consulta con sus familias y, a través de nosotros consiguen herramientas y facilidades para una mejor integración en su entorno social”, señala la estudiante de fonoaudiología.