Conocer las condiciones de vida y necesidades de salud de personas migrantes que residen en las 15 comunas del Servicio de Salud Metropolitano Occidente (SSMOCC) desde la perspectiva de esta población y de los equipos de salud, sumado a la especificidad de estos temas en contexto de pandemia, fue el objetivo de un estudio diagnóstico liderado por el Programa de Estudios Sociales en Salud (Proessa) de la Universidad del Desarrollo (UDD).
Realizado en conjunto con el SSMOCC, surge como solicitud del servicio ante la situación de Chile que, en las últimas décadas, se ha convertido en uno de los territorios con mayor migración. Es más, de acuerdo con datos del 2019, los migrantes residentes en el país corresponden a más del 7% del total nacional, sumado a que es una población heterogénea y dinámica en el tiempo, tanto por los países de procedencia como por sus contextos sociales, culturales y experiencias migratorias.
A su vez, se suma como desafío la actual pandemia por Covid-19, donde la evidencia muestra un aumento en las dificultades que los migrantes internacionales han presentado para acceder a medidas de prevención, diagnóstico y tratamiento, profundizándose la vulnerabilidad social ya existente de estos grupos.
En este contexto, Báltica Cabieses, directora de Proessa UDD y una de las investigadoras a cargo de este estudio, explica que “lo que buscamos es aportar visibilizando brechas y necesidades sociales y de salud pendientes, así como proponer recomendaciones para avanzar hacia una mayor equidad en salud en migrantes en el territorio del SSMOCC”.
Para este fin, el levantamiento de información se hizo a través de entrevistas online a migrantes (15) y con entrevistas y grupos focales a los miembros de los equipos de salud. A su vez, se aplicó un cuestionario digital respondido por 427 migrantes entre octubre de 2020 y enero de 2021.
En cuanto al cuestionario, este fue respondido por personas con un promedio de edad de 34 años, mayoritariamente mujeres (66%), provenientes principalmente de Perú, Venezuela y Haití. Dentro de las razones para migrar, destacaron la búsqueda de trabajo (56%), seguido por mejores oportunidades de vida (19%). A su vez, un 50% señaló tener redes de apoyo en su país de origen y en Chile, pero sólo un 8% es parte formal de organizaciones sociales en la actualidad. Otros de los datos obtenidos indican que un 74% está inscrito en el sistema público de salud, seguido por un 23%, que no cuentan con ninguna inscripción.
Los resultados específicos en contexto de pandemia arrojaron que un 25% de los encuestados ha tenido alguna dificultad para acceder al sistema de salud, siendo las principales barreras percibidas el desconocimiento del sistema (29%) y la dificultad de trato o discriminación (24%). En cuanto las cuarentenas indicadas por la autoridad, un 61% declaró haberlas cumplido, un 92% indicó haber usado mascarilla, un 31% cumplió con el distanciamiento social, un 38% perdió su trabajo, un 67% presenta síntomas de salud mental, un 41% pudo acceder a beneficios durante la pandemia y un 63% no se siente apoyado por las autoridades del país.
Alexandra Obach, investigadora de Proessa UDD que también fue parte del equipo que realizó el estudio, cuenta que el análisis cualitativo consideró como dimensiones la experiencia de migrar, de vivir y trabajar en la comuna y los efectos de la pandemia, y de acceso y uso del sistema de salud antes y durante la contingencia sanitaria.
Algunos aspectos llamativos están relacionados con tener que comenzar de cero y adaptarse a nuevas condiciones de vida, la capacidad de consumo y problemas de discriminación y malos tratos; con problemas de inserción laboral, trabajo informal, irregularidad del estatus migratorio, tiempos de traslado entre comunas y costos de vida versus ingresos monetarios; y, finalmente, una serie barreras en el uso y acceso del sistema de salud, tanto desde el punto de vista de los equipos como de los migrantes, relacionadas con regularización de la documentación, falta de coordinación entre los programas, desinformación sobre cómo acceder a la atención y barreras idiomáticas.
En este sentido, las recomendaciones entregadas al SSMOCC plantean la necesidad de generar estrategias de información sobre el sistema de salud hacia la población migrante, sobre atención de salud para los trabajadores del área y la población nacional, además de contar con mayor cantidad de facilitadores lingüísticos y mediadores culturales en atención primaria y brindarles capacitación para su inserción en los equipos.
A su vez, proponen la creación de catastros por comuna que permitan visibilizar la situación de migrantes internacionales en cada territorio; promover, desde la información local, acciones intersectoriales que faciliten la coordinación efectiva entre las diversas instituciones; mejorar la derivación en salud y las interconsultas, crear un sistema de registro unificado entre las distintas agencias del sector público del servicio e instalar en todas las comunas programas de atención para migrantes.
Finalmente, se recomienda desarrollar acciones que promuevan un encuentro intercultural efectivo y fortalecer la convivencia y buen trato en todos los barrios y comunidades, con enfoque intercultural. Además, en contexto de pandemia, se plantea la necesidad de contar con residencias sanitarias a los que la población pueda acudir sin dificultad.
Estos resultados y recomendaciones fueron presentados en un Webinar realizado el miércoles 30 de junio, que contó con las exposiciones de las investigadoras de Proessa UDD Báltica Cabieses y Alexandra Obach, además de Karen Farías y María Paz Iturriaga, del SSMOCC y parte del equipo de investigación.
En la ocasión, María Paz Iturriaga señaló que, para el servicio, la relación público-privada y el trabajo con universidades ha sido muy importante, pues los datos obtenidos en este tipo de estudios entregan información fidedigna y actualizada, algo fundamental para conocer a los migrantes, para la toma de decisiones y para realizar mejoras en el territorio y en el acceso a la salud. En tanto, la Dra. Farías, encargada de migración del Departamento de Ciclo Vital de la Subdirección de Atención Primaria de Salud Occidente, enfatizó en la importancia de recoger estos datos desde una perspectiva de derechos humanos, de manera de entregar una atención inclusiva y empática.
Cabe destacar que el equipo que realizó el estudio estuvo compuesto por Báltica Cabieses, Alexandra Obach, María Paz Iturriaga, Consuelo Robledo y Karen Farías, con el apoyo de líderes comunitarios, de los equipos de salud, psicosocial y municipal, y de la Academia Científica de Enfermería de la Universidad del Desarrollo.