Sonia Roa Alcaíno es docente de la Universidad del Desarrollo desde el año 2008. Kinesióloga y directora del diplomado en Kinesiterapia en Embarazo y Post parto de la UDD, ha centrado su carrera profesional en promover la Kinesiología en Salud de mujeres, algo que definió incluso antes de comenzar sus estudios universitarios.
“Recuerdo que le decía a una amiga que cuando estudiara ‘kine’ debíamos hacer algo para las mujeres. Siempre tuve esa inquietud… tal vez porque venía de una familia de puras mujeres o porque estudié en un colegio de mujeres…”.
Para Sonia, focalizar su profesión hacia la salud de la mujer tenía un interés natural, pero que se vio acrecentado en su primer embarazo. “Cuando quedé embarazada me di cuenta que había poco sobre kinesiología en embarazadas a nivel nacional. Es más, en esa época, mientras que la premisa en el mundo decía que era un excelente momento para comenzar a hacer ejercicio, acá era al revés, te decían que descansaras”, explica.
Fue así como empezó a perfeccionarse en la disciplina, además de potenciar el lado docente, pues pensó que “si enseño esto, puedo llegar a más mujeres”. Fue tal su motivación que incluso fundó en el año 2000 una empresa, llamada “Nueve Meses”, que fue el primer centro kinésico en Chile dedicado a entregar atención a domicilio a mujeres embarazadas, centrándose en el cuidado de las alteraciones musculoesqueléticas. Sin embargo, decidió congelar el proyecto, lo suyo era la academia.
Luego de trabajar en algunas instituciones de educación superior, sintió que debía abrirse camino en el ámbito de su interés y llegó a la UDD, con la idea de impulsar el área de salud de la mujer, proyecto que presentó al director de carrera, Jorge Molina. “Me dijo que sí, acá lo podemos hacer. Y estoy muy agradecida de esa promesa, pues me permitió iniciar el área en pregrado, en la formación continua y ahora incluso en el Postgrado”, cuenta.
En este camino, Sonia vivió un hito que, para ella, permitió todo lo que vendría más tarde. En 2011, un grupo de académicos de la Facultad de Medicina Clínica Alemana UDD fue a la Universidad de Harvard (Estados Unidos) a realizar un curso sobre habilidades para la enseñanza. “Cuando me enteré que iba en representación de mi carrera, busqué que kinesióloga contactar allí, que me pudiera ayudar con ideas, cursos o como referencia, para desarrollar el área de salud de las mujeres en Chile. Y me encuentro con Rebecca Stephenson, que vivía justamente en Boston. Ella era la autora del libro ‘Fisioterapia en Obstetricia y Ginecología’, que fue con el cual me inicié en el área. Rebecca además en ese momento era presidenta de la Organización Internacional de Fisioterapia en Salud de la Mujer. Entonces le escribí y coordinamos para reunirnos. Ese encuentro fue el punta pie inicial de una profunda amistad y de un trabajo de mentoría conmigo”, recuerda.
En este contexto, la académica estadounidense le propuso crear el grupo de Kinesiología en Salud de la mujer en Chile, proyecto que fue concretado en 2015 y que permitió que nuestro país ingresara a la Organización Internacional de Fisioterapia en Salud de la Mujer, convirtiéndose en el primero de habla hispana en ser parte del organismo.
Ya en Chile, y junto a su equipo, decidió seguir perfeccionándose. A su vez, lograron impulsar el programa “Clínica Kinésica de Salud de la Mujer” en la Clínica UDD, campo clínico ubicado en la comuna de la Florida, donde atienden a mujeres de esa comuna y sectores aledaños, con el fin de brindarles servicios en salud que están disponibles sólo en el sistema público.
Actualmente, la docente UDD cuenta con una importante trayectoria en la promoción de la atención en salud de la mujer. Es vicepresidenta de la International Organization for Physiotherapy in Pelvic and Women´s Health (subgrupo de Worl Physio, institución que agrupa a los fisioterapeutas del mundo) y fue reconocida recientemente por el Colegio de Kinesiólogos de Chile con el Premio Nacional de Kinesiología «Profesor Luis Bisquertt Susarte», que se entrega a aquellos kinesiólogos que se han destacado por su trayectoria y trascendencia internacional. En su caso, fue por su liderazgo en el desarrollo de la Kinesiología en Salud de la Mujer.
“Me sorprendió, porque uno no espera que te premien, uno sólo hace su trabajo. Entonces fue muy emocionante, porque siempre quise dedicarme a esta profesión (…) Si yo pudiera hablarle a esa Sonia de 18 años que luchó tanto por ingresar a la carrera, que buscaba en la guía de teléfonos dónde se congregaban los kinesiólogos del país (Colegio de Kinesiólogos), le diría que todo va a estar bien y que sería un hermoso camino”, reflexiona.
Para la académica, la importancia de continuar promoviendo esta área e impulsando iniciativas radica principalmente en la responsabilidad que existe de visibilizar que ser mujer y el género, son determinantes sociales en salud. “Hay que ver la realidad cultural, mirar nuestro contexto y observar que la multiplicidad de roles que tenemos en el ciclo vital, muchas veces determina nuestra salud, junto con nuestras naturales diferencias biológicas. Las mujeres se posponen y postergan su salud por los roles que tienen. Entonces hay una necesidad de conocernos más, y de estudiar e investigar cómo enfrentar adecuadamente nuestras disfunciones y también de cómo vivir sin que se patologizen los naturales cambios del ciclo vital de las mujeres”, concluye.
