En una emotiva ceremonia, en la que estuvieron presentes sus seres queridos, amigos, colegas y destacadas personalidades de la Facultad, la Universidad y la Clínica Alemana, los doctores Juan Pablo Beca y Patricio Zapata fueron nombrados profesores eméritos de la Universidad del Desarrollo.
En palabras del rector Federico Valdés, la entrega de este reconocimiento es un testimonio del crecimiento sólido y reflexivo de nuestra Universidad. «Este acto representa la madurez institucional de una universidad que avanza rápido, pero no a la ligera. Nos demoramos 34 años en hacer esta distinción«, expresó.
Al destacar la importancia de este nombramiento, el rector también señaló que no se busca resaltar simplemente métricas de logros (que los hay, y muchos), sino más bien reconocer la impronta dejada por estos académicos a través de su distinguida labor. «Estamos reconociendo a aquellos académicos que han hecho un aporte excepcional en la conducción de la Universidad. Las personas a las que llamamos maestros», enfatizó.
El secretario general de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Rioseco, tuvo el honor de leer el decreto que otorga el grado académico de profesor emérito a ambos doctores.
Posteriormente, la decana Dra. Marcela Castillo compartió las destacadas biografías de los homenajeados, resaltando algunos de los hitos más significativos de sus carreras médicas y docentes.
Al hablar del Dr. Juan Pablo Beca, la decana destacó su energía e inspiración, para concretar cambios al ver las innumerables necesidades de la salud del país. Así, a partir del impacto de la desnutrición infantil, el Dr. Beca “forma la unidad de intensivos de prematuros para el Hospital Luis Calvo Mackenna. Este fue un primer paso, pero sin duda, es el año 1982 en que se marca un momento importante para el Dr. Beca, pero también para el país y nuestra facultad, con la creación de la UCI Neonatal de Clínica Alemana. Primera UCI privada neonatal del país” destacó.
Junto a sus logros profesionales, también enfatizó en la excelencia de su quehacer como docente. “En su camino de compartir con estudiantes quiero marcar dos puntos: en primer lugar el rol fundamental de guía como profesor mentor de tantas tesis, pero un modelo que me gusta aún más es el de inspirador de alumnos pequeños, tanto de 1er año como de 4to año de Medicina, que me tocó ver en mi rol de directora de la carrera. Impulsar la ciencia y la escritura sobre bioética en revistas o presentaciones en congreso a este grupo de estudiantes requiere corazón, paciencia y perseverancia, eso siempre ha estado en el Dr. Beca” resaltó la decana.
En un momento lleno de gratitud, el Dr. Juan Pablo Beca expresó: «Soy un agradecido de la vida. Agradezco todo lo recibido, en muchas formas y de muchas instituciones y de mucha gente. Pienso todo lo que he podido hacer y lo que ustedes, varios de ustedes presentes mostraron y dijeron en el video. Lo que he podido dar, lo que he podido aportar, más que el mérito propio, se debe a que he recibido mucho en la vida».
Luego, fue el turno de destacar la trayectoria del Dr. Patricio Zapata. La decana Dra. Marcela Castillo no sólo dio su testimonio como autoridad, sino también como alumna, recordando su participación en el curso de fisiología general y neurofisiología cuando cursaba sus estudios de Medicina en la Universidad Católica. Un curso “para aprender en lo profundo de la palabra, descubrir, inferir y transferir, nada de memorización o recetas de cocina. Una formación en la ciencia que al menos yo, conservo hasta el día de hoy” recordó la decana.
La Dra. Castillo también agregó que “es imposible hablar del Dr. Zapata sin comentar sobre su compañera de vida, su esposa María Carolina Larraín con quien armaron una numerosa familia con 4 exitosos hijos, 12 nietos y un bisnieto, algunos de los cuales lo siguen en su carrera de amor a la medicina y forman parte de nuestra facultad en diferentes roles. Ellos formaron una pareja dedicada a la academia”.
En su discurso, el Dr. Zapata también dedicó algunas palabras de agradecimiento a su esposa, “por su mantenida y estimulante compañía no sólo en nuestro hogar, si no también en nuestro trabajo universitario”.
Luego de la ceremonia, la señora Carolina Larraín, comentó emocionada que “Patricio ha dejado una huella imborrable en la vida de los estudiantes, tanto en la Universidad del Desarrollo como en la Universidad Católica”. A lo largo de los años, la pareja ha enfrentado desafíos y cambios, desde trabajar juntos en Estados Unidos hasta superar obstáculos a su regreso. A pesar de las normas y las dificultades, han demostrado que la pasión y la dedicación superan cualquier traba. Actualmente, disfrutan de una vida plena, ella dedicándose a la música y él, dejando una marca imborrable en la educación.
Como un tributo duradero, una placa con los nombres de ambos doctores fue instalada en la entrada del Aula Magna, con la intención de que sus legados perduren y sirvan de inspiración para las generaciones futuras de estudiantes. En palabras del rector, «queremos que sus nombres perduren. Que los alumnos que ingresen en 10 años, en 20 años, se pregunten qué hicieron y por qué están aquí«, concluyó.