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Los médicos y demás profesionales de la salud desempeñan un rol fundamental en nuestra sociedad, al ser agentes de cambio y guías hacia un bienestar integral. Con su ejemplo y práctica, pueden influir positivamente en la adopción de estilos de vida más saludables por parte de sus pacientes y las comunidades. De igual forma, tienen el potencial de liderar iniciativas que promuevan estrategias de salud pública alineadas con estos principios. No obstante, existen obstáculos que dificultan este proceso, como la falta de tiempo y de conocimientos específicos para la prescripción de cambios en el estilo de vida. Estos desafíos limitan la capacidad de los profesionales de la salud para trabajar de cerca con sus pacientes, haciendo más difícil desencadenar el cambio de hábitos necesario para una mejor calidad de vida.

Un estilo de vida poco saludable es un factor determinante en el desarrollo de diversas enfermedades, incluyendo la obesidad y el estrés. Este estilo de vida abarca una serie de hábitos perjudiciales, como el consumo de sustancias tóxicas (alcohol y drogas), el tabaquismo, el sedentarismo, el ritmo acelerado de vida, y la exposición a contaminantes ambientales. La acumulación de estos factores no solo deteriora la salud física, sino también el bienestar mental, aumentando el riesgo de desarrollar condiciones crónicas y afectando la calidad de vida de quienes los practican.

Objetivos

Fomentar el trabajo en equipo de profesionales interdisciplinarios para complementar terapias de pacientes.

Entregar herramientas para optimizar el tiempo en consultar y sugerir derivaciones a otros profesionales de la salud, dependiendo el caso.

Dirigido a

Docentes y estudiantes de las carreras de la salud.

Expositores