
El pasado martes 7 de octubre finalizó el primer Ciclo de Humanidades y Medicina Narrativa, organizado en conjunto por el Centro de Humanidades Médicas de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo y el Departamento de Educación Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción.
Según sus organizadores esta iniciativa abre un camino de vinculación y un hito en la integración de las humanidades al ámbito de la educación en ciencias de la salud entre estas dos instituciones educativas del país.
El ciclo se desarrolló entre junio y octubre de 2025, durante cinco martes de 17:00 a 18:30 horas vía Zoom, e incluyó dos conferencias abiertas al público y tres talleres con cupo para 25 participantes. Contó con el auspicio de Fondecyt 1231772 Bien + Estar en la Universidad. Y con el patrocinio de la Asociación Chilena de Facultades de Medicina (ASOFAMECH), la Sociedad Chilena de Simulación Clínica y Seguridad del Paciente (SOCHISIM) y la Red de Unidades de Educación Médica y Ciencias de la Salud.
La conferencia inaugural estuvo a cargo del Dr. Juan Carlos Claro (10 de junio), bajo la temática “¿Por qué formarnos en medicina narrativa? Alcances para la formación en salud”. Y el 2 de septiembre, la Dra. Pamela Jofré presentó “Principios inspiradores de la medicina narrativa”.
En tanto en los talleres participaron: la académica Carla Benaglio (“Humanismo ecológico: Econarraciones”, 8 de julio), la actriz Alejandra Rubio (“Narrativas corporales”, 5 de agosto) y la Dra. Karen Salvo (“Cuerpo social”, 7 de octubre).
En total, 148 personas se inscribieron en el ciclo, incluyendo académicos y académicas de ciencias de la salud de Chile, Latinoamérica y España, profesionales de hospitales y estudiantes de pregrado.
Desde el Centro de Humanidades Médicas la evaluación de esta experiencia de colaboración con la Universidad de Concepción es profundamente positiva y enriquecedora. Más que una serie de encuentros académicos, señalan que fue la construcción de un espacio compartido donde las humanidades demostraron su capacidad de crear redes, generar interconexiones interdisciplinarias y tender puentes geográficos.
La experiencia permitió ampliar una red nacional de profesionales de la salud interesados en formarse en esta área, revelando un interés creciente y genuino por integrar la dimensión narrativa en la práctica clínica. “Descubrimos que no estamos solos: existe una comunidad vibrante, comprometida y diversa que reconoce el valor de escuchar, narrar y reflexionar como parte esencial del cuidado”, concordaron en afirmar, Carla Benaglio, Vicedecana de Desarrollo y Macarena Barros, directora del Centro de Humanidades.
“Me alegra enormemente que este ciclo haya despertado tanto interés en la comunidad. El éxito de la convocatoria y el entusiasmo por participar evidencian la necesidad de seguir fortaleciendo este tipo de iniciativas, que vinculan la práctica clínica con la comprensión de las experiencias humanas de salud y enfermedad. El diálogo entre universidades ha sido muy positivo, lo que nos motiva a continuar esta iniciativa en 2026”, señaló Javiera Ortega, co organizadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción.
Por su parte, la Dra. Pamela Jofré, pionera en el desarrollo de este campo en Chile desde la Universidad de Valparaíso, y quien estuvo a cargo de una de las conferencias del ciclo, destacó que el gran aporte de esta iniciativa es desarrollar la curiosidad, fundamental para aprender cosas nuevas, para desafiarse y abordar ideas para razonar mejor. “A quienes están en el ámbito de la educación médica este ciclo le podría servir para mostrar distintas maneras de practicar y sobre todo dar fundamentos a las disciplinas involucradas, permitiendo a muchos que ya realizan algunas actividades en humanidades médicas fortalecer sus convicciones en lo que están haciendo o están proyectando llevar a cabo”.
Según Benaglio y Barros, “este ciclo no se cierra, se transforma en semilla. Porque cuando distintas instituciones colaboran desde el corazón de las humanidades, lo que florece es una medicina más humana, más consciente y más conectada”. Con esta convicción, extendieron al cierre una invitación abierta a nuevas colaboraciones interuniversitarias que sigan fortaleciendo esta red, explorando juntos nuevas formas de integrar las humanidades en la formación de los profesionales de la salud en la práctica clínica.
Voces de los participantes
Las encuestas de evaluación reflejaron una alta satisfacción: un 87,5% de los asistentes señaló que los talleres cumplieron sus expectativas.
Algunas de las impresiones más destacadas fueron: “Conexión, reflexión, emociones, autoconocimiento”;“Respeto, empatía, autenticidad”; y “Resiliencia, narrativa, escucha activa”.
En cuanto a la aplicación docente, los participantes subrayaron la posibilidad de integrar lo aprendido a su práctica educativa:“En la captación de la historia no solo clínica sino de manera holística”; “La metodología narrativa me da luces de cómo llevar a cabo algo similar con estudiantes”; “Una herramienta para que el estudiante desarrolle habilidades blandas para un trato respetuoso con su paciente”.
Más allá de lo académico, hubo quienes resaltaron el impacto personal del ciclo: “He tenido unos meses muy pesados y ayer tuve un verdadero respiro, sinceramente gracias”, expresó una de las asistentes.