Hoy se realizó un nuevo y distinto Coloquio de Humanidades. Por primera vez se realizó una Terapia de Bosque, con el ingeniero agrónomo Marcelo Ortúzar.
Tras una breve presentación de la temática y la evidencia científica existente desde Japón y China, realizada en el Auditorio, la invitación fue a caminar hacia el Bosque de Quillalles (que esta en el acceso por Av. Esperanza) y realizar un ejercicio de observación y respiración.
Los baños de bosque nacieron en Japón el año 1982 con el propósito de reducir el estrés y gestionar la salud, así como la investigación sobre los efectos de la naturaleza en la promoción de salud y prevención de enfermedades. La terapia de bosque como tal se inicia el año 2004 en Japón y desde entonces, el equipo de investigación del Departamento de Rehabilitación Médica del Nippon Medical School Hospital, bajo la autoría de Qing Li ha publicado diversos artículos con evidencia científica.
Según indica la revista Forest (2023), el año 2012 se estableció la Terapia de Bosque como una nueva medicina preventiva.
En este Coloquio, Marcelo Ortúzar, ingeniero agrónomo chileno, MSc en Ecología y Guía Certificado de Terapia de Bosque, invitó a imaginar un nuevo profesional de la salud, cuyos conocimientos podrían permitirle saber cómo ser más activo, más relajado, más saludable y más feliz, con reducción del estrés y reducción del riesgo de enfermedades relacionadas con el estilo de vida.
Fue coloquio que llevó a los presentes a observar e experimentar la naturaleza existente en el Hospital Padre Hurtado y a vivir los efectos de la Terapia de Bosque en la salud humana. Se trata, según el experto, de una nueva ciencia interdisciplinaria que pertenece a las categorías de medicina ambiental y preventiva. Y que tiene en cuenta la relación psico-neuro-endocrino-inmune.
Fue una actividad que permitió reflexión, pausa, y hacer comunidad en medio del día a día clínico.