

El pasado 5 de junio el decano de la Facultad de Arquitectura UDD, Pablo Allard, estuvo en el Hospital Padre Hurtado dando una charla titulada “Ciudad y Salud: ¿Cómo podemos renaturalizar los entornos construidos y proyectar ciudades más saludables?”, organizada por el Centro de Humanidades Médicas en el contexto del cuarto Coloquio de Humanidades del año en este campo clínico.
Señaló que vivimos en un planeta urbano, desde 2008 más del 50% de la población mundial vive en ciudades, y ese numero aumentará a cerca del 68% para 2050. Esto se debe a que las ciudades son fuente de oportunidades, ya que concentran la mayor oferta de trabajo, bienes y servicios. Sin embargo, esas oportunidades no han estado igualmente accesibles para todos, lo que ha generado dinámicas de segregación y exclusión que han afectado la calidad de vida y la salud de millones de personas.
“La ciudad el Siglo XX se organizó bajo el paradigma funcionalista de zonas separadas para optimizar la producción. Este modelo racional derivó en una serie de ineficiencias: segregación socioespacial, la dependencia del automóvil -y del transporte en general- la contaminación ambiental y el consumo de suelo”, expresó.
En cuanto a Chile, mostró que el déficit habitacional en Chile alcanza las 700.000 viviendas y que “en una década podríamos alcanzar el acceso universal a la vivienda” si se retoma el ritmo de construcción. Señaló que “Chile puede construir 100.000 viviendas al año porque se hizo el año después del terremoto, independiente del color político porque los funcionarios son los mismos”.
El decano explicó las condiciones de la clase media emergente, que pese a alcanzar cierto nivel de bienestar, permanece en una situación vulnerable: “en esta imagen que vemos, la señora dice <Soy muy pobre para el banco, soy muy rica para el MINVU>, una clase media emergente que ha surgido, que ha logrado un nivel de bienestar, pero que es tan frágil que ella se enferma o él pierde la pega y cae en la pobreza anual y no tiene dónde vivir”.
Respecto al aumento de campamentos, puntualizó que “el 50% de las familias que han llegado a campamentos en el último tiempo no estaban en situación de calle ni son inmigrantes, es porque no les alcanzó para seguir pagando el arriendo”.
Finalmente, concluyó que la infraestructura de salud es también infraestructura social, que complementa el equipamiento público en muchas comunidades.
Respecto del Hospital Padre Hurtado destacó a través de varias imágenes aéreas, cómo este se percibe como un oasis verde dentro de la comuna.
E indicó que existen muchos caminos posibles con soluciones basadas en la naturaleza, organización circular y colaborativo de los recursos para su uso eficiente. Beneficios que además, reducen y mitigan el riesgo de desastres.